La
Organización Mundial de la Salud (OMS) define la comorbilidad o diagnóstico
dual como la coexistencia en el mismo individuo de un trastorno inducido por el
consumo de una sustancia psicoactiva y de un trastorno psiquiátrico (OMS,
1995). De conformidad con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y
el Delito (ONUDD), una persona con diagnóstico dual es una persona a la que se
le ha diagnosticado un problema por el consumo abusivo de alcohol o drogas
además de otro tipo de diagnóstico, normalmente de carácter psiquiátrico, por
ejemplo, trastornos anímicos o esquizofrenia (PINUCD, 2000). En otras palabras,
la comorbilidad en este contexto se refiere a la coexistencia temporal de dos o
más trastornos psiquiátricos o de personalidad, uno de los cuales se deriva del
consumo problemático de sustancias.
La comorbilidad psiquiátrica indica la presencia simultánea de un
trastorno mental y uso de alcohol u otras sustancias y existe una tendencia a
la coexistencia de drogadicción y esquizofrenia, depresión, trastornos de
ansiedad o trastorno límite de la personalidad.
El efecto de
ciertas sustancias como la cocaína les permite experimentar sentimientos de
grandeza que pueden compensan la baja autoestima o enmascarar una depresión
pero los efectos son por muy poco tiempo, lo que lleva a la repetición del
consumo.
La
comorbilidad psiquiátrica indica la presencia simultánea de un trastorno mental
y uso de alcohol u otras sustancias y existe una tendencia a la coexistencia de
drogadicción y esquizofrenia, depresión, trastornos de ansiedad o trastorno
límite de la personalidad. Sin embargo en muchos casos el consumo de drogas
responde a un comportamiento reactivo a situaciones de crisis vitales como
duelo, despido, jubilación, divorcios, bancarrota, etc.
La forma y
duración de un trastorno psiquiátrico adicional al uso de sustancias estará
matizado por el tipo de droga, el tiempo de uso, la respuesta personal a los
efectos, si existe o no síndrome de abstinencia.
El consumo
puede inducir, empeorar o disminuir los síntomas del trastorno mental haciendo
más complicado el diagnóstico por lo que la ausencia de consumo de drogas o
fármacos auto recetados será la principal herramienta para el mismo.
Las
adicciones alteran el funcionamiento habitual de la persona y producen cambios
de personalidad, y otros cambios psicopatológicos.
Se ha llamado
hipótesis de la automedicación cuando el consumo de drogas se usa para aliviar
transitoriamente los impulsos agresivos y sentimientos depresivos pero además
de generar una adicción con todos los componentes negativos que ella implica,
agravan los síntomas indeseables del otro trastorno que intentan corregir con
el consumo.
Respecto al
proceso de recuperación, los trastornos psiquiátricos subyacentes pueden
interferir con la habilidad y motivación del paciente para participar en un
programa de tratamiento.
Estas
personas son más resistentes al cambio, tendiendo a la cronicidad y con mayor
probabilidad de recaídas, bien sea por factores comunes a los adictos a
sustancias como el craving o por factores específicos a otros trastornos
psiquiátricos.
La presencia
de trastornos de la personalidad interfiere en el tratamiento de la
drogodependencia siendo frecuente la coexistencia de dos o más trastornos de
personalidad o psiquiátricos.
El logro de
la abstinencia es un requisito primario para actuar sobre las creencias básicas
del trastorno de base, no contaminadas por aspectos relativos al consumo.
En general se
requiere mayor tiempo en la evaluación del cuadro y en el análisis de la
motivación para el tratamiento. También es importante informar a familiares de
las características del trastorno independientemente de la abstinencia o del
consumo.
Si el
paciente que presenta trastornos psicológicos y además consumo de sustancias no
recibe un tratamiento integrado de ambos trastornos por un mismo profesional o
por un mismo equipo no se siente atendido en la particularidad de su caso y
tiende al abandono prematuro del tratamiento.
También es
posible que recorra diversas instituciones lo que le provoca desgaste y
sensación de que nunca podrá resolver su problema, por tal motivo el
tratamiento integrado en una misma institución facilita la adherencia al tratamiento
y por lo tanto mejora el pronóstico.
Obesidad y comorbilidad: Cápsula informativa